
La prueba de alineación permite determinar el estado de la dirección y suspensión del vehículo. Para esto las ITV disponen de un alineador al paso: una alfombrilla calibrada por la que se hace pasar el vehículo. Un ordenador detecta la pisada del vehículo y arroja un valor numérico que junto con la inspección en foso permite determinar el buen estado de la dirección/suspensión.
El valor numérico que ofrece el ordenador puede ser positivo (el vehículo muestra tendencia a desviarse hacia la derecha) o negativo (el vehículo muestra tendencia a desviarse hacia la izquierda). Por ejemplo, si obtenemos un valor de alineación de -7 m/km, quiere decir que ese coche tras recorrer 1000m se habrá desviado un total de 7 metros hacia la izquierda, dejando el volante suelto.